El economista Luis Vicente León aseguró este lunes, 6 de febrero, que solo se puede dinamizar la economía venezolana con recursos «frescos», todos dependientes de «la evolución de las sanciones». Explica que en el corto plazo los «únicos recursos nuevos» que se percibirán provienen de la licencia de Chevron.
A través de un hilo de contenido compartido por medio de la red social Twitter, el magíster en Ingeniería Empresarial indicó que la naturaleza de los «recursos frescos», requeridos para acelerar la economía nacional, se ubican en la actividad petrolera, recursos congelados o financiamiento internacional, «todos dependientes de la evolución de las sanciones y estas a su vez de las negociaciones».
En este sentido, León aseguró que los únicos recursos nuevos que pueden esperarse en el corto plazo provienen de la licencia de Chevron, cuya magnitud «es significativa en comparación al actual presupuesto nacional y podría mover la economía de 7-10%». No obstante, aseveró que el impacto de dichos insumos solo podrá ser visto después del segundo semestre de 2023.
«A diferencia del año pasado, el primer semestre pinta mucho más difícil que el segundo, asumiendo que no se producen cambios en la política actual de sanciones», sostuvo.
Con respecto a los recursos del acuerdo social, el economista venezolano expuso que aún se encuentran en negociación y son de suma importancia para atender necesidades vitales de electricidad, salud y alimentación, «pero su concreción puede ser más lenta que la actividad petrolera«.
León finalizó su intervención al asegurar que la única manera de que la economía retome una senda de crecimiento de dos dígitos, es «que las negociaciones se aceleren y den como resultado una apertura de Venezuela al mercado energético occidental. Lo demás es insuficiente», sumó.
Previamente, habría asegurado que la desaceleración severa del consumo durante el inicio de 2023, «no es algo nuevo», considerando que en el último trimestre de 2022 fue posible observar este fenómeno tras la elevación significativa de precios en bolívares y dólares, así como las complicaciones derivadas del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF).
