Un nuevo hecho de intolerancia se presentó el jueves en horas de la tarde, protagonizada por un joven de 23 años llamado Yecit Armando Sanabria Cruz, de 23 años, y un sujeto de nacionalidad venezolana muy poco reconocido en la zona, quienes se enfrentaron con cuchillos en la intercepción de la calle 10 con carrera 10 del barrio Las Ferias de Aguazul.
Hechos
Los vecinos y testigos de la riña reportaron vía telefónica al cuadrante policial, quienes se trasladaron rápidamente al lugar de los hechos y no encontraron a nadie, los ciudadanos le manifestaron a las autoridades que la pelea había terminado y uno de los protagonistas resultó herido de gravedad y fue llevado al hospital, igualmente manifestaron que el ganador era un sujeto de nacionalidad venezolana.
El herido era Yecit Armando, reconocido vendedor de aguacates, frutas y víveres de la zona, quién llegó con varias heridas en su estómago y pecho al hospital Juan Hernando Urrego de Aguazul, siendo atendido en el área de emergencia donde llegó a punto de morirse e inconsciente, ante la cantidad de sangre perdida.
La muerte
La gravedad de las heridas no les permitió a los doctores ni siquiera estabilizarlo para remitirlo a Yopal, por lo tanto antes de las 9:00 P.M., una fuente del hospital confirmó al periódico su deceso. Se logró conocer que Yecit era nativo del municipio de Tasco, Boyacá.
En el pueblo estuvo gran parte de su vida pero luego emigró a Sogamoso, hasta los 20 años; después se trasladó Aguazul y se había radicado junto a su familia en el corregimiento San José del Bubuy.
Vendedor informal
El fallecido empezó a trabajar en la calle como vendedor ambulante, se hacía mayormente en los parques de Aguazul en un carro lleno de aguacates o frutas que compraba al mayor para revenderlas detalladamente. “Era un chino muy bueno, honrado y trabajador, muy lamentable lo sucedido, esperemos que las autoridades hagan cumplir las leyes y capturen al asesino”.
Yecit Armando Sanabria, recientemente habría comprado un vehículo viejo de color azul, después de haber trabajado y ahorrado con mucho sacrificio, lo sacaba muchas veces a rodar junto a su hijo, eran vistos en las calles y disfrutaban de la adquisición familiar.
El fallecido le gustaba tomar cervezas los fines de semanas y a veces se le veía cargando los sacos en su vehículo, una mercancía que sabía distribuir y sacarle provecho para sacar sus hijos adelante.
