La esclerosis múltiple es heterogénea, pero con frecuencia causa alteraciones visuales, fatiga y debilidad. ¿Por qué se produce esta enfermedad? ¿Qué otras señales nos ayudan a reconocerla? ¡Descúbrelo!
La esclerosis múltiple es una enfermedad compleja y heterogénea, de origen autoinmune. Afecta al sistema nervioso central, es decir, al cerebro y a la médula espinal. Algunos científicos la denominan la enfermedad de las mil caras.
Se estima que casi 2,5 millones de personas sufren esta patología en todo el mundo. Aunque no se conoce su causa, se cree que existe un componente genético importante. Además, afecta más a las mujeres que a los hombres, especialmente entre los 20 y los 40 años.
Lo cierto es que los síntomas de esta enfermedad varían según la gravedad y la localización de la lesión nerviosa. Por ello, en este artículo te explicamos los síntomas tempranos más frecuentes de la esclerosis múltiple y otras de sus características principales.
¿Por qué se produce la esclerosis múltiple?
Como ya hemos mencionado, la esclerosis múltiple es una enfermedad crónica y degenerativa. Lo que ocurre es que el sistema inmunitario se descontrola y comienza a atacar al propio tejido del sistema nervioso central. En concreto, a una sustancia llamada mielina.
La mielina es una sustancia que recubre las fibras nerviosas y que ayuda a que los impulsos nerviosos se puedan transmitir. Cuando el sistema inmune la ataca y la deteriora, los nervios pierden la capacidad para transmitir estos impulsos.
De esta manera, todas las sensaciones y las funciones motoras se pueden ver afectadas, dependiendo de qué nervios se lesionen. La esclerosis múltiple se desarrolla en forma de brotes, de manera recurrente. Es decir, hay periodos con síntomas y otros en los que la enfermedad remite parcialmente.
Si bien es cierto que la causa de esta patología es desconocida, se han identificado ciertos factores de riesgo para desarrollarla. Por ejemplo, las mujeres tienen casi tres veces más riesgo de padecerlo. Lo mismo ocurre si existen antecedentes familiares.
¿Qué síntomas se producen en esta patología?
Lo cierto es que los síntomas de la esclerosis múltiple varían mucho de una persona a otra. De hecho, en el mismo paciente también van cambiando a lo largo del curso de la enfermedad, según dónde se encuentre la lesión. En primer lugar, mencionaremos los síntomas iniciales.
Es frecuente que, al principio de la patología, se den problemas en la vista. La visión se va afectando progresivamente, comenzando por una visión borrosa o doble que puede terminar en la pérdida total de este sentido.
La fatiga y la debilidad son también muy comunes, sobre todo en las extremidades o en un lateral del cuerpo. Se calcula que esto se produce casi en el 80 % de personas que padecen esclerosis múltiple.
Además, suele acompañarse de una sensación de entumecimiento en zonas como los dedos, la cara o las piernas. En algunas personas se da el signo de Lhermitte. Los médicos denominan de esta manera a una sensación de electricidad que se produce al mover el cuello.
¿Qué otras funciones se afectan?
En muchos casos, la esclerosis múltiple produce alteraciones del equilibrio y falta de coordinación. Por ejemplo, se puede afectar la forma de caminar. Del mismo modo, la función sexual se puede ver alterada, al igual que puede haber problemas al orinar o defecar.
Por último, debemos recordar que es una enfermedad compleja que puede provocar muchos problemas emocionales. Además, es frecuente que se afecte la memoria, la capacidad de atención en incluso el lenguaje.
¿Cómo se diagnostica la esclerosis múltiple?
Desafortunadamente, no existe ninguna prueba específica para diagnosticar esta enfermedad. Para poder hacerlo, es importante prestar atención a todos los síntomas y descartar otras causas. Lo normal es realizar pruebas como un análisis de sangre o una punción lumbar.
Mediante la punción lumbar se extrae líquido de la columna vertebral para comprobar si existe alguna anomalía en él. Además, esta prueba permite descartar infecciones y otras enfermedades.
La resonancia magnética es una prueba de imagen que pone en evidencia el lugar de las lesiones producidas por la esclerosis múltiple. En cualquier caso, debemos tener en cuenta que, ante cualquier duda o síntoma, la atención médica es fundamental para confirmar el diagnóstico.
