La presencia de funcionarios de los componentes de la Guardia Nacional Bolivariana, del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), como también de la Policía de estado Zulia se mantiene activa en los alrededores del Centro de Arresto Preventivo de la COL.
Hoy se cumple un semana desde que se inició la toma del área, luego que un efectivo del Conas resultara herido con las esquirlas de una granada lanzada desde el interior del Retén de Cabimas.
Desde esa fecha los reos se han mantenido en pie de lucha en reclamos de sus derechos humanos a la alimentación, salud y mejores condiciones dentro de este recinto donde la falta de agua, desnutrición, hacinamiento, insalubridad, tuberculosis, escabiosis , son el principal problema que los aqueja y atenta contra todos ellos.
Los reclusos como sus familiares denuncia, que desde la llegada de las unidades y funcionarios del Conas al penal “no nos dejan pasar comida, medicinas ni agua. También maltratan a la visita”.
Bajo la condición de anonimato, los reclusos admiten que “somos presos y estamos pagando nuestros errores, pero también somos seres humanos”. Además temen que haya represalias por la denuncia.
El pasado 13 de noviembre, el gobernador Omar Prieto anunció, que para esta semana podría darse “el cierre del retén de Cabimas, porque es un nido, una cueva de delincuentes, de cobravacunas y los vamos a enviar para las peores cárceles, para que estén presos de verdad, no en condiciones de hotel”.
Sin embargo, la situación del Retén de Cabimas es conocida por todos, no es una novedad y es la misma que sucede en todos los centros penitenciarios del país, como la ocurrida en días pasado en el Centro Penitenciario de Occidente en el estado Táchira, donde los reos mantuvieron como rehenes a 8 custodios en reclamo por la falta de alimentación y el respeto a sus derechos humanos. Donde responsabilizan al director del penal de las fallas registradas con el suministro de alimentos el cual era negociado en otros sitios.
