Desde el pitazo inicial, el desarrollo del encuentro fue parejo. Ambos clubes generaron ocasiones de peligro, inquietando a las defensas rivales. Sin embargo, con el paso de los minutos, los ‘blues’ inclinaron la cancha a su favor.
Los ‘citizens’ no encontraban soluciones ni maneras para salir del asedio. Por eso, el primero del equipo dirigido por Thomas Tuchel era crónica de una muerte anunciada. Parecía cuestión de tiempo para que lo anotaran.
Y así fue. Cuando transcurría el minuto 42, se inflaron las redes. Kai Havertz fue el protagonista y el encargado de poner a celebrar a los hinchas del Chelsea. Fiesta en las toldas ‘blues’, preocupación en las del City.
A partir de ahí, el conjunto de Londres planteó un partido inteligente, bloqueando cualquier posible incursión de la escuadra de Guardiola y apostando al contragolpe. De hecho, en más de una ocasión, pudo ampliar la diferencia.
Pero el segundo no llegó y, para fortuna del Chelsea, el empate de los ‘citizens’ tampoco. El tiempo pasó y, más allá de los esfuerzos de los dirigidos por ‘Pep’, todo terminó. Sonó el pitazo inicial y los londinenses se coronaron.