Los zapateros ambulantes no han visto luz en esta cuarentena. “La policía nos corre de donde nos pongamos y hasta presos nos quieren llevar, por lo que reparar zapatos ya no es rentable. Solo nos trae problemas”, indicó Gustavo Villegas.
Aseguró que ni en la semana que corresponde a la flexibilización lo quieren dejar trabajar, según reseña La Verdad de Vargas.
Señaló que para sobrevivir tiene que ponerse a hacer cualquier otra cosa. “Llevar el pan para la casa no está fácil, menos para alguien como yo que vivía de las reparaciones de zapatos a diario”.
Hizo un llamado a las autoridades policiales para que consideren a las personas como que como él viven del día a día y la cuarentena les ha puesto la situación cuesta arriba para mantenerse a su familia.
Por su parte, Jose Manuel Batista, quien se dedicaba a reparar calzados en Sol Amada, refirió que ante la cuarentena por prevención al Covid-19, “las personas dejaron de gastar dinero en otras cosas para poder adquirir alimentos y ya nadie busca reparar un par de gomas o zapatos”.
A su juicio, “la única solución a este problema, es que la cuarentena termine lo más pronto posible para que entonces todo retome su normalidad y la gente vuelva a sus trabajos y a tener dinero para comprar y pagar por algunas cosas fuera de los alimentos”.