No es novedad que existan equipos de grabación o capturación bastante pequeños, pero lo que sí llama la atención es lo que fueron capaces de crear unos ingenieros e investigadores de la Universidad de Stuttgart, quienes crearon una cámara microscópica, prácticamente del tamaño de un grano de sal, que puede significar un importante avance a la hora del estudio del cuerpo humano.
Esta cámara es tan pequeña que se inyecta con una jeringa
En términos precisos, la cámara tiene un diámetro de 120 micrómetros con su carcasa incluida. Un tamaño que la hace capaz de ser inyectada en el cuerpo humano por medio de una jeringa. Además, puede enfocar objetos a una distancia de hasta 0,12 pulgadas.
Si bien aún queda por pulir esta tecnología para que pueda ser llevado a la práctica, las posibilidades con estas microcámaras son bastantes. Desde equipos médicos, hasta sistemas de vigilancia, ya que son prácticamente invisibles para el ojo humano. A lo anterior, se suma que su confección sería bastante sencilla, ya que el equipo en Stuttgart la diseñó y probó en pocas horas.
Un avance interesante, aunque también puede suponer algunos problemas futuros, como el tema de la privacidad. Quizás ahora sí la paranoia social sea comprendida.