La iglesia católica está llena de misterios indescifrables, las tradiciones que conocemos hoy llevan siglos y siglos de ejecución en la historia y una de las más curiosas es el procedimiento que utilizan para elegir un nuevo pontífice ¿Por qué tanto misterio? ¿Qué hacen realmente? Aquí te contamos:
¿Cómo se elige un Papa? El misterioso proceso del cónclave
¿Qué es un cónclave?
La votación es arcaica y tradicional, se realiza en trozos de papel en la que cada cardenal escribe a puño y letra el nombre que desee, después bajo juramento lo coloca en una caja y al final, se lee en voz alta papel por papel.
El proceso se repite hasta que algún candidato obtiene más de dos tercios de los votos, es por esto que los cónclaves se tardan un número indefinido de días.
DATO CURIOSO: El Papa Juan Pablo II, modificó las reglas del cónclave, con el propósito de que ganara el que simplemente tuviera mayor cantidad de votos, pero Benedicto XVI, impuso la norma de los dos tercios cuando llegó al poder.
1. La Papeleta con letra intelegible: A cada cardenal se le entregará una hoja que dice “Eligo in Summum Pontificem” en la que cada uno debe escribir su elección.
2. Juramento y oración: Uno por uno, se levantaran a guardar en una caja sus votaciones, no sin antes pronunciar el juramento anterior.
3. Conteo de votos y unión con hilos: cuando ya se tengan todas las papeletas, se leen en voz alta y se unen con un hilo, para evitar que se traspapelen.
4. Se quema la evidencia: una vez que se cuentan los votos, se queman todas las papeletas y los rastros de la votación.
Este proceso se repite constantemente hasta que alguno de los cardenales logre tener la mayoría de votos. El cónclave no tiene un tiempo de duración determinado, cada uno es diferente.
¿La pintura de la suerte? ¡Siéntate a su derecha si quieres ser Papa!
Incomunicados y vigilados constantemente: La verdad tras el cónclave.
¡HABEMUS PAPAM! El humo blanco de las buenas noticias.
¿Por qué tanto misterio?
¿Por qué mantener el proceso en secreto? La iglesia católica es un órgano muy importante tanto en la religión como en la política mundial, la elección de un nuevo pontífice representa un cambio en la historia mundial. Para evitar que el proceso se vea como unas simples elecciones “presidenciales” y conservar la espiritualidad y la religiosidad lo más elevadas posible, se mantiene en secreto.