Las culturas japonesas han desarrollado una teoría que mantiene que el almuerzo y la cena son momentos en los que no se debería beber agua, por lo que la sustituyen con otras opciones.
Esto se debe a que sostienen la creencia de que el consumo exagerado de agua junto a los alimentos podría obstaculizar una adecuada digestión de los mismos, ralentizándolas y provocando problemas de salud con el tiempo. Ellos suelen optar por dejar el agua para antes o después de comer.
Según quienes defienden este pensamiento, el problema está en que el agua puede neutralizar la acción del ácido estomacal, dificultando la descomposición de los alimentos y la absorción de los nutrientes que se encuentran dentro de éstos.
No obstante, es importante aclarar que no hay evidencias científicas que respalden esta hipótesis.
Por: Lcda. Angelica Carmona/Imagen: Cortesía.