Todo lo relacionado con Leonardo da Vinci parece fascinante en grado sumo. Pero es que cuanto más estudiamos y más curiosidades descubrimos de este genio del Renacimiento, más motivos nos da para admirar cuanto produjo. Y es que Leonardo fue pionero en muchos asuntos, pero pocos podrían sospechar que también se encuentra entre los precursores de la robótica. A finales del siglo XV construyó un caballero mecánico que, portando una armadura de placas podía sentarse, levantarse, mover los brazos, la cabeza y hasta emitir sonidos. Es posible que se tratara de una especie de atracción extraordinaria para sorprender a los invitados de las fiestas organizadas por lo Sforza.
Modelo del caballero autómata en base a los dibujos de Leonardo da Vinci. Erik Möller / Wikimedia
Leonardo da Vinci y sus inventos
Resulta sorprendente que si nos proponemos escribir una historia de cada disciplina humanística podríamos incluir a Leonardo da Vinci en todas ellas. Tan polifacética fue su vida que Leonardo no solo ejerció, sino que destacó como pintor, escultor, arquitecto, escritor, músico e ingeniero. Muchas de sus ideas y proyectos las dejó por escrito de manera que tenemos identificados unas 7000 páginas manuscritas de Leonardo, muchas de ellas borradores y notas, pero no deja de ser una cantidad impresionante y las que aún podríamos descubrir. Así pues, más allá de las teorías, intrigas y misterios que rodean a sus pinturas, una de las vertientes que más asombra de Leonardo da Vinci es su faceta como inventor. Se le atribuyen mejoras de maquinaria y diseños originales de tanques de guerra, puentes desmontables, una sierra automática, grúas, un carro autopropulsado, el ornitóptero con el que intentó (pero no lo logró) que el hombre pudiera volar e incluso hélices y prototipos de paracaídas. Sin embargo, uno de sus inventos más excéntricos fue un robot.
La fabricación de autómatas es una inquietud recurrente en el ser humano desde la Antigüedad. Parecer ser que en Egipto ya hubo estatuas que realizaban alguna acción como mover la cabeza o los ojos. En la mitología griega, Talos es un gigante de bronce que protegía a la isla de Creta y hay varios tratados que recogen cómo se podría fabricar uno. La teoría saltó a una práctica más consistente en la Edad Media, con varios intentos y diseños de inventores del Imperio bizantino y el islámico. De todos ellos pudo beber Leonardo para crear su robot.
Da Vinci vivió patrocinado por los nobles del Renacimiento. Las familias más poderosas de la Italia del momento rivalizaban en todo: política, económica, militarmente y hasta pugnaban por ver quién era capaz de ofrecer las mejores fiestas. A finales del siglo XV, Leonardo estaba al servicio de los Sforza en Milán y el duque, Ludovico Sforza, lo tenía no solo como pintor, músico y arquitecto, sino como una especie de maestro de ceremonias encargado de organizar las fiestas que ofrecía la familia. Además del mejor menú posible, la comida se amenizaba con espectáculos y números que deleitaran a los comensales. En este aspecto es donde Leonardo destacaba como ingeniero creando atracciones llamativas. En 1495 diseñó algo con lo que dejar boquiabiertos a todos cuantos se sentaran a la mesa junto a la orgullosa y divertida mueca que ofrecería Ludovico Sforza a sus invitados.
Leonardo da Vinci fabricó el primer robot con forma humana de Occidente. El caballero autómata o, en italiano, automata cavaliere, fue una figura mecánica pertrechada con una armadura según la moda germánica del momento que, gracias a un sistema interno con engranajes y poleas, podría imitar ciertos movimientos humanos.
El Hombre de Vitrubio dibujado por Leonardo da Vinci. El canon de proporciones que seguiría para fabricar al autómata. Wikimedia.
Un invento oculto durante siglos
No podemos saber con exactitud cómo era este robot del Renacimiento, pues solo tenemos unas pocas notas de Leonardo, pero los especialistas han procurado reconstruir modelos especulativos con un interior de madera, cuero y metal. Desconocíamos este invento de Leonardo hasta que en la década de 1950 el historiador y especialista en Leonardo da Vinci Carlo Pedretti, descubrió las páginas que mostraban el proyecto.
Además de mover la cabeza y tener unos brazos y piernas articulados, se cree que pudo emitir sonidos por la boca a través de un mecanismo de percusión. Aunque no exista ninguna evidencia clara de que el Automata cavaliere fuera fabricado, el diseño explicado por Leonardo en base a sus conocimientos de anatomía y biomecánica nos permite fantasear con la presencia de una armadura en las fiestas de Milán que podía moverse por sí sola o con la ayuda de operarios, despertando exclamaciones de asombro entre quienes pudieron admirar tal espectáculo.
