Las esperanzas de encontrar más supervivientes en el centro de Italia se desvanecían el viernes, tres días después de un poderoso terremoto en la zona, mientras aumentaba la cifra de muertos a 278 y se suspendían algunas operaciones de rescate.
Perros rastreadores y equipos de emergencias seguían registrando pilas de escombros en Amatrice, un pintoresco pueblo turístico que quedó destrozado por el terremoto del miércoles, pero no había señales de vida.
“Solo un milagro sacaría vivos a nuestros amigos de los escombros, pero continuamos buscando porque muchos están desaparecidos”, dijo el alcalde del pueblo, Sergio Pirozzi, a periodistas. Agregó que unas 15 personas, entre ellas varios niños, no han sido halladas.
En pueblos cercanos, como Pescara del Tronto, los rescatadores suspendieron su trabajo tras hallar a todas las personas que estaban desaparecidas.
Italia planea realizar el sábado un funeral de Estado en la cercana ciudad de Ascoli Piceno para unas 40 víctimas del terremoto. También fue decretado un día nacional de luto, con banderas a media asta en todo el país, para recordar a los muertos, entre quienes había una joven española y otros extranjeros.
El Departamento de Protección Civil en Roma informó que 388 personas eran tratadas por lesiones en los hospitales, 40 de ellas en estado crítico. Unos 2.500 habitantes se quedaron sin hogar por el terremoto más letal en Italia desde 2009.
Los supervivientes tuvieron que dormir por segunda noche en tiendas de campaña provistas por los servicios de emergencia cerca de sus comunidades arrasadas.
Más de 1.050 réplicas han sacudido la zona desde el terremoto de magnitud 6,2 del miércoles, causando más daño a las estructuras aún en pie. El movimiento telúrico original fue tan fuerte que el pueblo más cercano al epicentro, Accumoli, se hundió 20 centímetros, según el instituto geológico de Italia.
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