Un grupo de habitantes de los muncipios Lagunillas y Jesús María Semprún exigieron al Gobierno la entrega de las bolsas de comida casa por casa que se concretaría a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
Al menos tres mil familias de la parroquia Libertad en Lagunillas están a la espera de una bolsa alimentaria que les fue prometida hace meses por los representantes de los Clap. Un grupo de residentes cerró la avenida 34 de Ciudad Ojeda a la altura del sector Villa Nueva Venezuela para manifestar las carencias y penurias que enfrentan.
Edixon Briceño representante del Consejo Comunal Villa Nueva Venezuela, señaló que el establecimiento de alimentos Mercal, ubicado en la parroquia, no funciona desde hace dos meses. “Estamos pasando hambre. Para nadie es un secreto que aquí los alimentos se consiguen haciendo largas colas en los supermercados, mercados del gobierno o bachaqueados. A duras penas podemos costear una compra al precio justo”.
Molestos y con troncos en las vías manifestaron que el censo realizado por representantes del Clap fue una burla. A la fecha aseguran que la encargada de la distribución de alimentos no les da la cara a los representantes de al menos siete consejos comunales que hacen vida en la zona.
Una situación similar se repitió en el Sur del Lago de Maracaibo. Una 300 personas agrupadas en nueve consejos comunales de la zona rural de Jesús María Semprún decidieron trancar la carretera Machiques-Colón, a la altura del kilómetro 21, para reclamar alimentos regulados, reseñó una nota de prensa.
Lusmery Núñez, madre soltera de siete niños, explicó que hace unos días recibieron la noticia de que representantes de la alcaldía y de PDVAL iban hasta la comunidad a vender una bolsa de comida del programa casa a casa, pero no fue lo esperado. “Tenemos meses que no nos llegan bolsas de comida y cuando nos avisaron que vendrían nos animamos todos porque ya ni con 10 mil bolívares se compra nada para comer. Vinimos a amanecer para esperar a que vendieran la bolsa y nos salen con una bolsita con harina, azúcar y caraotas”.
Aseguró que la comunidad se negó a comprar las bolsas. “El campo está muy afectado desde hace tiempo. Sólo nos ayudaba esa bolsa y ahora ni eso tenemos. Nosotros no ganamos para comprar un litro de aceite en dos mil 200 bolívares, un kilo de harina en mil y mucho menos un paquete de pañales en cuatro y hasta cinco mil bolívares”.
Luego de tres horas de tranca, llegó la alcaldesa María Malpica acompañada de la Guardia Nacional. Levantaron la protesta a cambio de una pronta respuesta por parte de las autoridades.
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