Siete desconocidos irrumpieron en la residencia de los Pérez, en el barrio Libertador II, parroquia Jorge Hernández del municipio Cabimas. Durante dos horas los golpearon, les gritaron y los amenazaron con matarlos sino cooperaban. Se llevaron artefactos eléctricos, las joyas, los teléfonos celulares, los equipos de computación y hasta el carro. Las pérdidas fueron millonarias.
Los Pérez ahora forman parte de la estadística de quienes pierden todo en un robo, no recuperan sus pertenencias y nunca atrapan a los responsables. Pero, no son los únicos, el atraco en residencia repuntó en los últimos meses en la localidad. En el departamento de investigaciones de la Policía municipal de Cabimas (Policabimas) se reciben al menos cinco denuncias por semana. Los vecinos de las parroquias Jorge Hernández, Germán Río Linares y Rómulo Betancourt aparecen como las más golpeadas.
Johan Carvajal, comisario del cuerpo de seguridad, informó que en enero se manejaron 13 casos de robo contra la propiedad en la parroquia Germán Río Linares y aumentó a 22 durante febrero; para entonces le siguieron las parroquia San Benito con 13 denuncias y Jorge Hernández con 11. Durante marzo y abril los sectores con mayor incidencia fueron los de la zona alta y casco central. Las parroquias Ambrosio y Carmen Herrera liderando las estadísticas. En todos los casos el modus operandi fue similar.
La banda
En los asaltos participan entre seis u ocho maleantes. Antes del asalto estudian la dinámica de la familia. Horas en las que entran y salen de la casa, en qué momento la residencia está vacía y cuántos la habitan.
Antes del atraco, los maleantes ya saben con qué seguridad cuenta la vivienda y sus zonas más vulnerables. Optan, generalmente, por penetrar por los techos, levantan puertas o ventanas o se ocultan en lugares precisos hasta tener la oportunidad de someter a una de las víctimas.
“Cuando están dentro de la casa casi siempre amarran a los dueños, los meten a un cuarto o le tapan los ojos, los golpean o amenazan de muerte para que colaboren. Actúan rápidamente. Se llevan todo lo que pueden y siempre amenazan con regresar en caso de poner la denuncia”, comentó el comisario.
Desmanteladas
El cuerpo de seguridad, gracias al aporte de los afectados y las denuncias de las comunidades, tiene varias bandas identificadas y trabajan para dar con el paradero de los responsables. Carvajal aseguró que a finales de 2015 desmantelaron una de las bandas más peligrosas de la zona y durante el año en curso detuvieron a los integrantes de otras dos organizaciones delictivas dedicadas a este delito.
Policabimas redobló la seguridad en zonas rojas. Ahora sus cinco cuadrantes cuentan con operativos de seguridad desde las 6.00 de la tarde a 6.00 de la mañana. Tienen dos unidades radio-patrulleras y cuatro motos con 18 funcionarios a disposición de las comunidades las 24 horas. La meta es reducir el delitos en las próximas semanas.
